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Dos empresarios españoles lo tienen todo listo para devolver a las mesas rusas el jamón, un manjar convertido en símbolo de los alimentos europeos vetados por el Kremlin.

Cuando el Gobierno ruso adoptó hace tres años y medio el embargo a los alimentos de la Unión Europea (UE), el jamón español y el queso parmesano coparon las portadas de periódicos como ejemplo de las exquisiteces que más echarían de menos los amantes de la buena mesa.

Aunque medios profesionales aclararon después que el jamón está en la escueta lista de productos cárnicos no afectados por el embargo, caló la idea de que hay que salir de Rusia para volver a catar al producto rey de la gastronomía española.

Lo hizo de tal manera que hasta el día hoy los medios más leídos en Rusia citan el jamón entre los alimentos vetados en Rusia.

Dos empresarios españoles afincados en Moscú vieron una oportunidad de negocio en la inesperada publicidad que se le dio al jamón, hasta entonces desconocido por la mayoría de los consumidores rusos, y decidieron impulsar en Rusia el ciclo integral de su producción.

Tras dos años de duro trabajo, la empresa "La Jamonería" abrirá en mayo un secadero de jamón en las afueras de la capital rusa, completando así una cadena de producción que empieza con la cría, engorde y matanza de cerdos de la raza "Duroc" en las regiones rusas de Bélgorod y Vorónezh.

"Hemos creado el primer secadero de jamones en Moscú. La empresa ya ha superado prácticamente todos los controles sanitarios y de otro tipo, y empezaremos a producir jamones a partir de mayo", explicó a Efe Juan Manuel García, director general de "La Jamonería".

Los jamones se fabrican con cerdos rusos de la raza Duroc, "supervisados durante dos años por veterinarios españoles, que han logrado animales que en un 95 por ciento son iguales a los que se usan en España para fabricar el jamón serrano", agregó el empresario.

Toda la tecnología, sistemas de montaje y procedimientos de secado en la factoría que abrirá en mayo están diseñados por expertos y técnicos españoles, con el objetivo de garantizar la calidad final del producto.

Una vez se consolide la producción del serrano, los empresarios tienen previsto ampliar la gama de sus productos a embutidos como el lomo, chorizo y salchichón, que sí están prohibidos por el embargo alimentario ruso, adoptado en respuesta a las sanciones contra Rusia por su injerencia en Ucrania.

Estas medidas dejaron un enorme vacío en el mercado ruso, que ya había cogido el gusto por lo más típico y lo más apreciado de la gastronomía española.

Y de cara al futuro, García y sus socios no pierden de vista el objetivo más ambicioso: hacer jamón ibérico en Rusia.

"Estamos estudiando la posibilidad de traer a Rusia cerdos de raza ibérica para impulsar su cría en este país, con la perspectiva de producir en el futuro jamones ibéricos", apuntó el empresario, que también se dedica a las distribución de vinos españoles en Rusia.

Otro proyecto de "La Jamonería" es implantar en Moscú "un sistema de tabernas, donde se podrán degustar estos jamones de procedencia rusa", concluyó el empresario español, que esta semana promociona sus vinos y el jamón serrano en la feria alimentaria Prodexpo de Moscú, la más importante del sector en Rusia y Europa del Este.

El embargo ruso a la UE ha reducido las exportaciones españolas de alimentos de 780 millones de euros en 2012 y unos 300 el año pasado, según reconoció a Efe María Naranjo, directora de Productos Agrolimentarios del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).

Arturo Escarda