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Saja (Cesfac): Los insectos serán en 10 años una parte relevante en la alimentación animal


Madrid - 2018-03-08 11:02:40
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El director general de la Confederación de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales (Cesfac), Jorge de Saja, ha asegurado que los insectos y las larvas serán dentro de 10 años una parte "muy importante" como materia prima para la alimentación animal.

En una entrevista con Efeagro, De Saja hace referencia a la importancia que está adquiriendo este asunto dentro de la Unión Europea, tras la aprobación de la normativa que permite el uso y consumo de estos nuevos alimentos, no sólo en el ámbito animal, sino también para humanos.

El director general de Cesfac ve "fascinantes" las posibilidades que se abren en la industria de la fabricación de piensos compuestos al poder contar con una nueva fuente proteica para las fórmulas de elaboración.

Ya hay piensos compuestos que incorporan los insectos entre su composición pero, de momento, están destinados a aquellas especies animales (peces y aves) que ya incorporan este alimento de forma natural en su dieta.

Calcula que dentro de dos años, las fórmulas de piensos a base de insectos y larvas llegarán a especies monogástricas y rumiantes.

Valora las propiedades de estas nuevas materias primas porque su producción sería "prácticamente" inagotable y no depende de los vaivenes meteorológicos.

Además, su irrupción en el mercado "no supondrá renunciar" a las fuentes proteicas tradicionales (cereales u oleaginosas).

De hecho, la UE está promoviendo una estrategia para potenciar el cultivo de cereales y oleaginosas porque los países comunitarios son deficitarios.

En este contexto, también cobra importancia ahora el uso de sobrantes de la industria agroalimentaria para alimentación animal, más aún desde que el Gobierno de España ha publicado una Orden para potenciar esta acción de economía circular.

Dice De Saja que la Orden "aclara" lo que es un subproducto o un residuo pero "no aporta mucho más" porque es una acción que se lleva a cabo "desde hace mucho tiempo" entre empresas alimentarias autorizadas y la industria de los piensos compuestos.

Los restos de galletas, lácteos, grasas vegetales, de panadería, repostería o incluso desperdicios de bagazo para elaborar whisky y de lúpulo para cerveza son algunos de los que pueden aprovecharse para fabricar piensos, según revela.

Por otro lado, en cuanto a las cifras que deja 2017 para el sector, De Saja aclara que aún no puede avanzar el volumen de pienso producido, pero las estimaciones apuntan a una repetición respecto al ejercicio anterior, cuando esta industria obtuvo algo más de 23 millones de toneladas de pienso.

Son unas cifras que consolidan al sector en niveles previos a la crisis económica de 2007 y que, según De Saja, se pueden repetir este año.

Sobre los costes de producción, 2017 fue "bueno" con precios de insumos "controlados" por lo que el precio del pienso "ha sido muy competitivo".

Para este año, no constata cambios que permitan atisbar una variación de tendencia ni en esos costes ni en los precios de venta al consumidor.

En cuanto al comercio internacional, pone el foco en la negociación del acuerdo de libre comercio entre los países del Mercosur y la Unión Europea.

Asegura que se puede alcanzar un acuerdo "importante" para los intereses de los fabricantes de piensos porque facilitaría la llegada de materias primas que actualmente no entran en Europa o lo hacen en pequeñas cantidades, como es la semilla de algodón de Argentina.

Por eso, contempla el acuerdo como "una oportunidad" a pesar de que el área agroalimentaria haya quedado "al final de la cola" en los asuntos a abordar.

La industria de alimentos compuestos para animales y mascotas fabricó en 2016 (últimos datos anuales cerrados) 23,05 millones de toneladas, de las que 10 millones se destinaron al sector porcino y 7,5 millones para los sectores vacuno, ovino, caprino y cunícola.

El valor anual de esa producción ronda los 7.300 millones de euros, y es el dirigido al porcino el más elevado (cerca de 2.900 millones), seguido por la alimentación para vacuno, ovino, equino, caprino y cunícola, con 1.900 millones de euros de valor.