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La proliferación de un modelo de explotación animal basado en la industria de bajo costo de macrogranjas "está convirtiendo a España en el estercolero de Europa", ha asegurado hoy en Segovia el eurodiputado de EQUO en el grupo de Los Verdes Florent Marcellesi.

En rueda de prensa en la que ha detallado los efectos y consecuencias de estas explotaciones, Marcellesi ha afirmado que el problema es "muy grave", ya las macrogranjas que son la "cara oculta" de la industria de carne de bajo coste.

Además, se están implantando en las zonas menos pobladas, como ha ocurrido en Noviercas (Soria), donde se prevé poner en marcha una de las mayores explotaciones de Europa con 20.000 vacas lecheras.

Entre los impactos más directos que generan estas industrias ha destacado la contaminación por purines o la aportación del 15 por ciento de los gases invernadero, también la resistencia a los antibióticos o el incremento de enfermedades cardiovasculares y diabetes a los consumidores de esta carne de "muy baja calidad".

Por otra parte, se ha referido la despoblación como otro de los impactos negativos, ya que este modelo "destruye los empleos generados por la ganadería extensiva" al emplear sistemas automatizados para cualquier proceso.

Desde EQUO están colaborando en la elaboración de un mapa que refleje el número real de macrogranjas que existen en España, ya hasta la fecha se desconoce, aunque Marcellesi ha advertido de que en comunidades como Castilla y León o Castilla-La Mancha el aumento es constante y en la última llegan a implantarse 200 al año.

Asimismo, han presentado consultas ante la Comisión Europea sobre tres nuevos casos de macrograjas en Aragón, Castilla-la Mancha y en Castilla y León, en la provincia de Zamora, por la implantación de este tipo de industrias en zonas protegidas por la Red Natura 2000.

Una moratoria es la primera medida que, a su juicio, tiene que aplicarse para frenar estas exportaciones a gran escala que según ha explicado no solo son aquellas que cuentan con más de 1.900 cabezas, sino que también emplean un sistema de producción que no es sostenible.

Por último, ha abogado por un cambio en el consumo para que en lugar de basarse en la agroindustria se centre en la agroecología, es decir, en una alimentación sana, mediterránea, que no abuse del consumo animal y que sea respetuosa con el medio.