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La campaña de cereal de secano arrancará con retraso en Extremadura debido a las lluvias semana atrás y con una buena previsión de producción, aunque con descensos "muy significativos" de precios. ​

El presidente de Asaja Extremadura, Angel García Blanco, ha explicado a Efeagro que la campaña, que se inicia habitualmente en estas fechas, arrancará a mediados del próximo junio debido a que las precipitaciones obligan a distintas tareas previas, por ejemplo por la crecida de hierba, que se debe dejar secar y retirar. ​

La climatología experimentada durante el año apunta no obstante a una buena producción para un cultivo necesitado de noticias positivas tras las cifras de años atrás. ​

Las previsiones estiman una producción de entre 4.000 y 4.500 kilos por hectárea, lo que supondría un aumento del 20-25 por ciento respecto a lo recogido durante la campaña del pasado ejercicio, ha afirmado. ​

Sin embargo, el descenso de los precios respecto a 2019 es muy significativo, ya que han bajado un 20 por ciento en el caso de la cebada, hasta situarse en 155 euros la tonelada, mientras que en el trigo se sitúan en los 170 euros, cinco euros menos respecto al pasado año. ​

Estas caídas, que se producen pocos meses después de que el campo español se movilizase por los bajos precios, se deben a los "movimientos especulativos" de los mercados internacionales, a consecuencia de los volúmenes que mueven o las decisiones que toman países productores como Ucrania o Estados Unidos. ​

Esta situación afecta a la rentabilidad de los agricultores, en un momento donde además se han incrementado los costes en equipos de protección individual frente al coronavirus. "Todo suma", ha dicho García Blanco.

El problema del cereal extremeño, focalizado principalmente en la Campiña Sur, es que no se puede recurrir a cultivos alternativos, y de ahí la importancia de que las perspectivas de producción de este año no se vean alteradas durante la campaña, pues servirían para compensar la caída de los precios.