Ganadería - Avicultura


Biodiversidad declara extinta la Autorización Ambiental Integrada de una granja de gallinas ponedoras de Reocín


Torrelavega - 2021-03-02 14:09:45
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La Dirección General de Biodiversidad ha resuelto extinguir la Autorización Ambiental Integrada (AAI) de una granja para la cría intensiva de aves de corral, con 50.000 emplazamientos para gallinas ponedoras, ubicada en Puente San Miguel (Reocín) por el abandono no comunicado de la actividad desde hace años.

Esta resolución es consecuencia de una expediente iniciado en noviembre de 2019 cuando se pudo acreditar que la granja se encontraba cerrada, sin personal, "con evidente estado de abandono" y con un acceso en el que figura un rótulo a nombre de otra empresa, según publica este martes el Boletín Oficial de Cantabria (BOC).

La instalación, que operaba bajo el nombre de Granja Pío, obtuvo su AAI en abril de 2008 y ahora, además de declarar extinta esa autorización, la Dirección General de Biodiversidad anuncia que podría iniciar acciones administrativas por haber abandonado la actividad sin comunicarlo, como es preceptivo.

Granja Pío inició su actividad sobre una parcela de 16.650 metros cuadrados, de los que 2.420 estaban construidos para dar cobijo a la planta de cría intensiva de gallinas ponedoras y a las distintas instalaciones complementarias, como la planta de envasado, cuya capacidad de producción se estimaba en 1.100.000 docenas al año.

La actividad conllevaba una primera fase en la cual las gallinas llegaban a las instalaciones con una edad aproximada de 17 semanas y se ubicaban en jaulas homologadas a razón de 5 aves por cada una, se vacunaban y se alimentaban con un sistema automatizado de suministro de pienso y agua.

Una vez los animales cumplían las 19 semanas, se pasaba a la producción intensiva de huevos para su comercialización, que se recogían de forma diaria mediante un sistema automatizado, asociado un proceso de selección, clasificación y embalaje.

La tercera etapa se iniciaba cuando las aves alcanzan el año y medio de vida, momento en el que los huevos son de menor calidad.

En ese momento, se procedía al vaciado de las jaulas y al envío al matadero de las aves con carácter previo a la entrada de nuevas gallinas jóvenes, se aspiraban las naves, se limpiaban las instalaciones con agua a presión y se fumigaban.

Para ello, se disponía de dos naves de 70 y 100 metros de largo, con capacidad para 23.400 y 24.500 aves dispuestas de hileras de jaulas verticales, además de varios almacenes complementarios para la selección y el empaquetado de los huevos, y los equipamientos auxiliares.

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